Gestión de proyectos: 3 tendencias que plantean nuevos retos y oportunidades
El campo de la gestión de proyectos se caracteriza por ser dinámico y estar en una evolución constante. Cada año, surgen nuevas metodologías, tecnologías y enfoques con los que hacer frente a las nuevas y exigentes demandas que surgen en el entorno empresarial. Por ello, una de las responsabilidades prioritarias de un Project Manager es estar actualizado y anticiparse a todos estos cambios en el sector. Solo de este modo es posible superar los retos y aprovechar las oportunidades que nacen constantemente en el sector empresarial.
En este artículo, queremos mostrarte cuáles son las tres grandes tendencias que sacuden el ámbito de la gestión de proyectos. Nos referimos al uso de la Inteligencia Artificial, a la apuesta por las metodologías ágiles y a la creciente importancia de la sostenibilidad. Ahondaremos en cada una de ellas, analizando todas las oportunidades y retos que presentan. Como verás, esta rama de la administración de empresas está cada vez más centrada en las personas y en la tecnología. Son dos elementos que pueden parecer contrapuestos, pero que crean la combinación idónea para garantizar el éxito en las iniciativas que se ponen en marcha.
La Inteligencia Artificial y la automatización
Sin lugar a dudas, uno de los cambios de mayor impacto que está experimentando la gestión de proyectos es el relacionado con la puesta en práctica de las IA. En muy poco tiempo, la Inteligencia Artificial se ha convertido en una poderosa herramienta dentro de este sector. Los motivos están claros, es capaz de almacenar e interpretar información para aprender, optimizar tareas rutinarias y automatizar procesos. Todo esto sirve, a su vez, para ayudar a los gerentes a tomar mejores decisiones, basadas en la información procesada. Igualmente, ahorra muchísimo tiempo a los equipos, de forma que se pueden centrar en tareas más importantes y creativas. Veamos a continuación cuáles son las oportunidades y desafíos que ofrece el uso de esta tecnología.
Oportunidades
- Mayor eficiencia operativa. La IA sirve para agilizar las tareas rutinarias, lo que posibilita a los equipos concentrarse en otros ámbitos de mayor interés. Además, este tipo de herramientas aprenden de su propio feedback, erigiéndolas en un productor fiable de conocimiento. Así, logramos un trabajo más productivo, al tiempo que adoptamos decisiones más ágiles y con menos riesgos en la gestión de proyectos.
- Personalización y adaptabilidad. Una de las grandes ventajas que aporta la Inteligencia Artificial es su capacidad de adaptación. Puede ser entrenada para amoldarse a las necesidades de cada proyecto y hacerlo en tiempo real.
- Innovación y competitividad. Implementar este tipo de tecnología es una buena manera de posicionar a la empresa como líder en innovación y diferenciarla de la competencia.
Desafíos
- Falta de talento. Debido a su reciente aparición, es lógico que exista una escasez de profesionales especializados en IA. Esta circunstancia crea una barrera a la hora de integrar este tipo de tecnologías en la gestión de proyectos.
- Actualización constante. Debemos señalar la importancia de que los Project Managers se familiaricen con la Inteligencia Artificial y sus diversas aplicaciones en este campo. La rapidez con la que evoluciona la IA hace imprescindible mantenerse actualizado, adquirir nuevas habilidades y trabajar en base a un modelo de aprendizaje continuo.
- Seguridad y privacidad. El análisis de grandes cantidades de datos sensibles plantea preocupaciones sobre su protección y seguridad. Ante este reto, resulta primordial establecer políticas claras y adoptar prácticas éticas relativas al uso de dichos datos.
- Disminución de colaboración e interacción. Recurrir a las IA puede contribuir a una pérdida de colaboración e interacción entre los trabajadores. Como avanzábamos en la introducción, es la unión de tecnología y personas lo que garantiza el éxito en el ámbito actual de la gestión de proyectos. Por tanto, no debemos descuidar el factor humano en el aprovechamiento de estas herramientas.
Metodologías ágiles y una visión holística de los proyectos
El uso de las metodologías ágiles es una tendencia que nace como respuesta a la necesidad de flexibilidad que reclama el cambiante entorno empresarial actual. Y es que, si no hay dos proyectos iguales, ¿por qué debemos gestionar todo del mismo modo? Cada vez más PMO se están percatando de esto y apuestan por la adaptabilidad, la cultura de la colaboración y por las metodologías flexibles, por supuesto.
No obstante, debes saber que el auge del enfoque Agile no implica el abandono de las metodologías tradicionales. De hecho, lo que se busca es aplicar estas nuevas prácticas sin renunciar a las otras. Esta forma híbrida de trabajar es la manera más eficiente de gestionar los diversos proyectos que puedan surgir. Estos son los desafíos y oportunidades que encierra esta tendencia.
Oportunidades
- Mayor flexibilidad y adaptabilidad. La mayor ventaja que atesoran las metodologías ágiles es su facilidad para amoldarse con rapidez a los cambios y a las nuevas prioridades que puedan acaecer. Con esto, logramos mejorar la capacidad de respuesta, especialmente, ante entornos dinámicos. Por consiguiente, la gestión de proyectos resulta más rápida, eficaz y productiva.
- Trabajo en equipo. Este tipo de prácticas promueven una mayor colaboración y comunicación entre los miembros del equipo. Esta forma de trabajar favorece tanto la motivación como la satisfacción de los empleados y propicia sinergias dentro de la empresa.
- Minimización de riesgos. Gracias a los procesos de revisión continua, es posible predecir cuáles serán los resultados de cada proyecto. Así, rebajamos significativamente la probabilidad de cometer errores durante su transcurso.
Desafíos
- Resistencia al cambio. Puede resultar difícil abandonar las metodologías tradicionales a las que los empleados y gerentes están acostumbrados en la gestión de proyectos.
- Inadaptación. Implementar las metodologías ágiles supone una alteración significativa de lo que es la jerarquía de una organización. Las estructuras verticales se transforman en horizontales para promover la compartición de responsabilidades. Este cambio es susceptible de provocar incomodidad y rechazo entre ciertos miembros del equipo.
- Incomprensión. Adaptarse al enfoque ágil puede resultar complicado y generar momentos de confusión en la gestión de proyectos. Para evitarlo, resulta conveniente invertir en formación para que los equipos comprendan y dominen estas prácticas.
Sostenibilidad en la gestión de proyectos
Desde que la ONU aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el respeto por el medio ambiente y las personas se ha convertido en una prioridad para las empresas. Ahora, las prácticas que se llevan a cabo deben estar en consonancia con esta perspectiva. Los objetivos económicos y la sostenibilidad son las dos caras de una misma moneda y no se puede entender el uno sin la otra. Así, en el caso de la gestión de proyectos, los planes no solo se evalúan atendiendo a la rentabilidad y a los resultados. También se hace hincapié en el impacto que estos producen en el entorno. No te pierdas las oportunidades y desafíos que alberga la sostenibilidad.
Oportunidades
- Reputación y diferenciación. Las prácticas sostenibles son una manera de mejorar la reputación de la empresa, fortalecer su identidad de marca y diferenciarse de la competencia. Nuevos clientes y socios que aprecian el compromiso con la responsabilidad ambiental y social pueden sentirse atraídos por las empresas que encarnan estos valores.
- Uso eficaz de los recursos. A menudo, la adopción de prácticas y políticas sostenibles conduce a una optimización del uso de los recursos. De este modo, los costes asociados a la gestión de proyectos pueden verse reducidos a largo plazo.
- Fomento de la creatividad y la innovación. La sostenibilidad tiene la capacidad de impulsar la innovación y promover la creatividad al buscar soluciones y procesos que resulten más ecológicos.
Desafíos
- Incompatibilidad de intereses. La gestión de proyectos es un área de la administración de empresas en la que resulta complicado aterrizar políticas de desarrollo sostenible. Esto es así por su naturaleza. Los proyectos suelen estar orientados a obtener resultados a corto plazo, teniendo en cuenta solo los intereses de los involucrados en el plan. El desarrollo sostenible, por su parte, se orienta tanto a corto como a largo plazo y considera los intereses de esta generación y de las futuras.
- Costes de inversión. Por lo general, la implementación de prácticas sostenibles está asociada a un importante desembolso de dinero. Sin embargo, como hemos visto en el apartado anterior, resulta rentable a largo plazo.
- Cumplimiento de la normativa. Las regulaciones sobre sostenibilidad pueden diferir entre comunidades, países y sectores. Esto es algo que debes tener presente y que requiere un esfuerzo por tu parte para estar actualizado y al tanto de todos los cambios que puedan acontecer.
Los profesionales que sean capaces de entender y adaptar estas tendencias a sus propios proyectos cuentan con una gran ventaja sobre el resto. Y es que, dispondrán de las herramientas y del conocimiento que les permitirán posicionarse adecuadamente para afrontar el futuro en la gestión de proyectos. Estarán capacitados para superar cualquier obstáculo y detectar todas las oportunidades que ofrece el mundo empresarial. Un mundo empresarial que, como sabrás, es cada vez más cambiante, exigente y globalizado.
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