La exclusión social como factor del bajo rendimiento académico
Diversos estudios internacionales sobre el rendimiento académico de los alumnos, como el informe PISA 2006, concluyen que el problema del fracaso escolar está presente en los sistemas educativos de todos los países desarrollados, siendo en España especialmente significativo (un 30% de los alumnos españoles abandonan el aula sin conseguir el título de ESO, frente al 20% de la media europea). Pese a décadas de esfuerzos, programas y modificaciones en la normativa y el sistema educativo el problema persiste, habiéndose convertido en un grave problema social e institucional.
Muchos factores de fracaso escolar se producen fuera del aula
El fracaso escolar es un fenómeno multifactorial, cuya complejidad es enorme y donde inciden variables de diversa índole: personales, sociales, familiares y académicas. Remitiéndonos al informe PISA, el 50% del rendimiento educativo de los jóvenes está influido directamente por la posición social de la familia y un 18% tendría que ver con la composición socio económica del entorno donde se encuentra ubicado el centro educativo. Sin embargo, la influencia de la metodología de enseñanza utilizada y la organización de las escuelas e institutos baja a un 6%. El restante 26% correspondería a causas personales o sin determinar.
Al margen de lo acertado o no de estos porcentajes es evidente que muchos factores que influyen en el rendimiento educativo tienen lugar fuera del aula. El contexto social, por lo tanto, es un elemento decisivo para la construcción de varios factores prioritarios en el funcionamiento académico, existiendo una relación entre los componentes socioculturales y económicos (clase social, nivel económico y cultural) y los resultados educativos.
El fracaso escolar no debe entenderse como un problema exclusivo del aula, sino que también es un elemento reproductor de los problemas sociales, contribuyendo a perpetuar desigualdades y problemas de exclusión y marginación. Es un pez que se muerde la cola: el bajo rendimiento educativo es una causa importante de la exclusión social y la exclusión social, a su vez, es una influencia dominante en el fracaso escolar.
La exclusión educativa supone mucho más que unos resultados académicos pobres, es una condición de riesgo para la calidad de vida de las personas e incluso para su propia salud y existencia, puesto que el abandono escolar temprano o el fracaso académico está relacionado con consumos de sustancias tóxicas, delincuencia, pobreza, depresión y violencia. Además, el abandono de la escuela en la adolescencia precipita a estos chicos y chicas a una implicación prematura en roles de adulto para los que no están suficientemente preparados.
La exclusión social y el fracaso escolar forman una espiral que se retroalimenta a sí misma, por lo que se deben tomar medidas enfocadas a solucionar ambos problemas al mismo tiempo: la exclusión social y el rendimiento académico. Una actuación global que implica medidas no solamente académicas, sino también políticas y de acción social.
La solución pasa por construir una sociedad más justa, trabajar en favor de los barrios y las familias más desfavorecidas, ofrecer ayudas económicas y apoyos de todo tipo: maestros de refuerzos, trabajadores sociales, psicólogos. Una sociedad más justa y equilibrada social y económicamente es también una sociedad más educada, donde sus jóvenes están más integrados en los centros escolares y consiguen mejores resultados académicos. Y a la inversa, una escuela con mejores resultados globales ayuda a crear una sociedad mucho más justa y cohesionada.