
¿Qué es el proceso tecnológico y cuáles son sus fases?
Podemos definir el proceso tecnológico como un camino que seguimos a través de diferentes tareas ordenadas para obtener las herramientas, los objetos o las tecnologías que precisamos. Gracias a él, logramos solucionar dificultades o satisfacer necesidades.
En realidad, permite elaborar casi todos los productos que las empresas producen para suplir nuestros requerimientos. Es evidente que el proceso tecnológico no se improvisa. Surge de la necesidad de resolver un problema e incluye el análisis y la posterior concreción de creatividad y diseño. Progresivamente, se acumulan y superan las distintas etapas que desembocan en el resultado. ¿Un ejemplo? Piensa en cómo han evolucionado las energías renovables gracias a este proceso tecnológico.
En este contenido queremos familiarizarte con el mencionado concepto, su reconocimiento y valiosa su aplicación. Por ello, vamos a definir en qué consiste y cuáles son sus fases. En concreto, siete: identificación, exploración, diseño, planificación, construcción, evaluación y divulgación.
Asimismo, vamos a completar este artículo con las aplicaciones más frecuentes de estos procesos. En la práctica, cualquier empresa u organización depende de él muchísimo más de lo que cree. Incluso las personas obtenemos valiosos conocimientos prácticos tras ahondar en las características del proceso tecnológico.
¿Cómo definimos el proceso tecnológico?
El proceso tecnológico lo podemos definir por una serie de características:
- Alude a un conjunto de etapas sistemáticas.
- Sirve para transformar una idea en un producto o servicio.
- Emplea la aplicación de conocimientos científicos, técnicos y habilidades.
- Puede abarcar diversas áreas, desde la investigación y el desarrollo hasta la producción y la comercialización.
Sin duda, hablamos de un aspecto fundamental para la innovación. ¿Has pensado que hace posible transformar ideas creativas en soluciones prácticas con las que mejorar la calidad de vida y resolver problemas en diversas áreas? La medicina, la ingeniería y la agricultura, entre otras actividades humanas, son lo que son gracias al proceso tecnológico.

Fases del proceso tecnológico
Para entender completamente en qué consiste, resulta interesante analizar sus fases.
1. Identificación
Identificar conforma la primera etapa del proceso tecnológico. ¿En qué consiste? Básicamente, en dos puntos consecutivos:
- Determina cuál es la necesidad que debemos cubrir con la tecnología o el producto que pretendemos obtener.
- Establece qué condiciones debe contemplar la solución.
2. Exploración
Una vez identificado el problema o la necesidad, es el momento de recabar información. Esta fase de investigación, recopilación de ideas y compilación de datos se lleva a cabo a través de todos los medios posibles:
- Internet.
- Libros.
- Revistas.
- Observación directa.
- Reuniones.
- Tormentas de ideas.
- Análisis de tecnologías o productos existentes...
Toda esta información recopilada sirve para generar más ideas, aclarar dudas y conceptos, estudiar materiales y técnicas de desarrollo, etc.
3. Diseño
Esta tercera etapa es una de las más relevantes, ya que siente las bases del desarrollo final del producto o la tecnología. En esencia, supone buscar las mejores ideas para solventar de forma óptima el problema y adaptarse a los requerimientos identificados en la primera fase.
Tras unos primeros bocetos, se acaba preparando un diseño serio y riguroso que contempla todos los parámetros que entran en juego.
Por supuesto, se incluyen también las indicaciones requeridas para el desarrollo. Así, se seleccionan las ideas óptimas para la solución, y en términos de coste, se atiende a la facilidad de construcción y a la durabilidad del producto final.
4. Planificación
Planificar incluye tareas como seleccionar los materiales y las herramientas pertinentes para construir la solución.
En esta fase, se concretan entre otros aspectos:
- Los pasos a seguir de forma ordenada.
- Los materiales y herramientas que se utilizarán en cada uno de esos pasos.
- Los plazos y el calendario de ejecución del proyecto.
- La mano de obra.
- Los espacios que se necesitarán.
Con todo ello concretado, ya es posible elaborar un presupuesto o una hoja de procesos. En definitiva, se trata de detectar con claridad los factores técnicos, económicos y organizativos.
5. Construcción
Todo lo analizado y establecido en las etapas anteriores se concreta ahora en un producto, tecnología o prototipo. Pasamos, pues, de la idea al producto real a través de la construcción de la solución que se ha estado planificando.
En esta construcción es esencial ajustarse a todo lo definido en la etapa de diseño, sobre todo en lo relativo con tiempos, costes y materiales. Por supuesto, es imprescindible contemplar y respetar las normas de seguridad.
6. Evaluación
Una vez desarrollado el producto, procede comprobar que cumple con las condiciones y resuelve el problema establecido en la fase inicial. Dicho de otro modo, hay que esclarecer si satisface las necesidades.
En caso de aparecer algún problema, habrá que volver hacia atrás ―incluso hasta la fase de diseño― para localizar la causa del problema y corregir lo necesario. Es algo habitual en procesos de construcción de productos complejos. No temas hacerlo, a menudo es conveniente volver en varias ocasiones a la fase de diseño. Dar unos pasos hacia atrás, puede ser el origen de un avance mucho más veloz y productivo.
7. Divulgación
Cuando el producto está fabricado, testado y validado, comienza la última fase del proceso tecnológico. Es la etapa de darlo a conocer y comercializarlo, si ese era uno de los objetivos. Lo habitual es crear una memoria técnica y difundirla en la prensa, revistas especializadas o en los canales digitales. La finalidad es difundir el nacimiento de ese nuevo producto o tecnología que resuelve necesidades más o menos generalizadas.
Aplicaciones prácticas de los procesos tecnológicos
Las organizaciones humanas, las personas en general, precisamos mejorar constantemente. De lo contrario, esa parálisis no tarda en dejarnos por detrás de la realidad y, utilizando un término deportivo, nos quedamos fuera de juego. Los avances tecnológicos permiten hallar nuevas soluciones a los problemas y las dificultades que nos afectan.
Así, el procedimiento tecnológico en sí nos sirve de referencia para afrontar la resolución de problemas de todo tipo. Cuando tratamos de encontrar respuestas válidas, la metodología aplicable se inspira en él:
- Identificar el problema.
- Explorar sus circunstancias y matices.
- Diseñar la solución apropiada.
- Planificar su desarrollo, implementación y puesta en marcha.
- Construir la opción, determinación o reacción idónea.
- Evaluar los resultados obtenidos.
- Mejorar y difundir esa respuesta.
Por otra parte, en los colectivos humanos los nuevos avances de la tecnología simplifican, optimizan y potencian las prestaciones obtenidas. Existen múltiples ejemplos en todos los ámbitos y los sectores. Desde el uso de la rueda o el aprendizaje de técnicas para hacer fuego en la prehistoria hasta la actual aparición de la inteligencia artificial. Sus aplicaciones prácticas están creciendo de un modo exponencial.
Por el camino, han aparecido infinidad de hitos y avances tecnológicos que han transformado —y siguen haciéndolo— la existencia humana. De hecho, atravesamos una gran fase de cambio en las empresas y las instituciones, que deben mirar hacia la digitalización de forma inaplazable.
Un ejemplo práctico de proceso tecnológico
Hace más de 30 años, algunas empresas se dieron cuenta de que la gente necesitaba comunicarse cuando estaba fuera de casa. Pensaron, sobre todo, en los ejecutivos que viajaban por todo el mundo. En consecuencia, decidieron buscar una solución aplicando el proceso tecnológico o método de proyectos.
Estas fueron las fases que permitieron responder a esa demanda y ofrecer una satisfacción técnica a esa necesidad:
- Fase 1: Identificación. En primer lugar, se localizó el problema: imposibilidad de comunicarse desde fuera de casa o la oficina. A continuación, se valoró qué condiciones debería tener un teléfono que pudiera funcionar sin estar conectado a una red fija de telefonía.
- Fase 2: Exploración. Los ingenieros empezaron a investigar sobre redes telefónicas.
- Fase 3: Diseño. Se llevaron a cabo los primeros bocetos de lo que, tiempo después, acabaría siendo un teléfono móvil.
- Fase 4: Planificación. Se seleccionaron los materiales y las herramientas para llevar a cabo la construcción del teléfono idóneo.
- Fase 5: Construcción. El móvil pasó de ser un proyecto a ser una realidad.
- Fase 6: Evaluación. Se hicieron diferentes pruebas. En 1973, un directivo de Motorola realizó la primera llamada de la historia con un teléfono móvil.
- Fase 7: Divulgación. El producto empezó a darse a conocer entre su público ―básicamente ejecutivos―. Un par de décadas después, estaba listo para llegar a todos los consumidores.
Un proceso similar se ha seguido con los videojuegos y con otros muchos objetos que utilizamos en nuestra vida diaria. Numerosas aplicaciones para dispositivos móviles, por ejemplo, están en la actualidad en pleno proceso tecnológico.
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