Pymes: ¿Qué son las herramientas de cobertura y cómo usarlas para evitar riesgos financieros?
La Pequeña y Mediana Empresa (pyme) es un motor fundamental e indispensable de la economía europea y española. Según señala el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España, en su informe ‘Marco Estratégico en política de PYME 2030’, más del 99% de las empresas que existen en la Unión Europea son pymes, dando empleo a 94 millones de personas y generando más de la mitad del valor añadido del conjunto del tejido empresarial. En España, las pymes suponen el 99,8% de las empresas, representan poco más del 62% del Valor Añadido Bruto (VAB) y el 66% del empleo empresarial total. Concretamente, las pymes con asalariados suponen el 46% de las empresas, y emplean a más de ocho millones de trabajadores, lo que representa el 53,30% del empleo empresarial total.
Sin embargo, a pesar de su papel indispensable en la economía, las pymes enfrentan una serie de desafíos como el acceso a financiación, la internacionalización y la digitalización; a lo que se une su mayor vulnerabilidad que las empresas grandes, ante los vaivenes e incertidumbres del panorama financiero global y local. La inflación, las crisis de crédito, las recesiones o incluso situaciones como la pandemia provocada por el COVID 19 afectan de forma especialmente dura a las pymes “ya que estas cuentan con una capacidad mucho menor para absorber pérdidas significativas”, explica el Dr. Pedro Solórzano Campos, doctor en Dirección de Empresas y docente del Máster Oficial en Dirección y Gestión Financiera de VIU.
Por ello, señala, es de gran importancia que las pymes conozcan bien las herramientas de cobertura con las que cuentan, ya que “Las herramientas de cobertura pueden proporcionar a las Pymes una mayor estabilidad financiera y proteger sus márgenes de beneficio frente a la volatilidad del mercado”. Aunque para que estas herramientas sean efectivas “es crucial que las Pymes adapten sus estrategias de cobertura a su tamaño, recursos y perfil de riesgo”, indica el experto de VIU.
Con este fin, el Dr. Solórzano Campos propone cuatro instrumentos de cobertura que las empresas pueden implementar para enfrentar las inestabilidades de los mercados y los cambios sociales desestabilizantes.
- Contratos a futuro: Son acuerdos para comprar o vender un activo a un precio predeterminado en una fecha futura. Son utilizados principalmente para cubrir riesgos asociados con las fluctuaciones de precios de las materias primas.
- Opciones: Ofrecen el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender un activo a un precio específico antes de una fecha determinada. Las opciones son versátiles y pueden ser utilizadas para gestionar riesgos de precios, tasas de interés y divisas.
- Swaps: Son acuerdos para intercambiar flujos de efectivo futuros según condiciones preestablecidas. Los swaps de tasas de interés y de divisas son comunes y permiten a las empresas gestionar riesgos relacionados con cambios en las tasas de interés y tipos de cambio.
- Forwards: Son contratos personalizados entre dos partes para comprar o vender un activo a un precio específico en una fecha futura. A diferencia de los futuros, no se negocian en mercados organizados y son utilizados frecuentemente para cubrir riesgos cambiarios.
Respecto a estas herramientas en el contexto latinoamericano, el experto de VIU indica que “no todos los países en el mercado latinoamericano cuentan con mercados de capitales, o bolsas de valores, que negocien instrumentos derivados estandarizados como futuros y opciones” pero que “iniciativas como el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), que integra a Chile, Colombia, México y Perú ofrecen oportunidades para negociar estos instrumentos”. También explica que “esta limitación no afecta tanto a las pequeñas y medianas empresas, ya que lo más utilizado por ellas son los contratos forwards. Estos contratos, a diferencia de los futuros, no son estandarizados y pueden negociarse fuera de bolsa, incluso a través de la banca tradicional”.
A la hora de implementar estos instrumentos, el Dr. Solórzano Campos enfatiza la necesidad de elegir las que mejor se ajusten a cada modelo de negocio y sus necesidades particulares, y para ello desglosa cinco puntos que deben analizar las pymes a la hora de escoger las herramientas más adecuadas:
- Perfil de riesgo: Definir este punto es imprescindible al iniciar toda actividad en los mercados financieros globales, por tanto, deben comprender la naturaleza y magnitud de los riesgos a los que están expuestas. Esto incluye evaluar la volatilidad de los activos subyacentes y la sensibilidad de la empresa a estos riesgos.
- Costos: Evaluar los costos asociados con la implementación de una estrategia de cobertura, incluyendo primas de opciones, comisiones y cualquier costo operativo adicional.
- Horizonte temporal: Determinar el período durante el cual se necesita la cobertura, lo que puede influir en la elección entre contratos a corto o largo plazo.
- Capacidad financiera y experiencia: Considerar la capacidad de la empresa para gestionar y supervisar estrategias de cobertura complejas. Las empresas con menos experiencia pueden optar por herramientas más sencillas y de menor riesgo.
- Planificación financiera: Alinear la estrategia de cobertura con los objetivos financieros y la estrategia general de la empresa, asegurando que la cobertura no interfiera con otras iniciativas empresariales.
Como conclusión, el experto de VIU indica que “Implementar adecuadamente las herramientas de cobertura permitirá a las empresas prever y mitigar estos riesgos, asegurando así la previsibilidad de sus flujos de caja y ganancias” y que “al gestionar eficazmente estos riesgos, las empresas pueden centrarse en sus actividades principales y estrategias de crecimiento, en lugar de preocuparse por la volatilidad del mercado”.