Cómo ser profesor de educación física: una profesión de futuro
La enseñanza en un colegio o instituto es una oportunidad para formar a las nuevas generaciones. Uno de los valores que más relevancia cobra en este ámbito es la pasión por el deporte, la vida sana y la actividad física. Durante los últimos años, cada vez más personas se preparan para ser profesor de educación física. Con este objetivo, mostramos todas las claves de utilidad.
¿Qué estudiar para ser profesor de educación física?
La formación universitaria es uno de los principales requisitos para ser profesor de educación física. Esta es la clave para ser acreditado como docente y poder trabajar en colegios e institutos. El Grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte suele ser la vía más recurrida, pero hay opciones válidas:
- Grado en Magisterio en Educación Primaria.
- Grado en Educación General Básica.
- Grado en Primaria.
En las tres titulaciones, lo habitual es que se otorgue la posibilidad de graduarse con mención. Para ello, hay que escoger distintas asignaturas especializadas, que suelen incorporarse en los últimos cursos. En el caso que nos ocupa, es indispensable superar las que están relacionadas con el deporte y la actividad física. Entre ellas, destacan las siguientes:
- Educación física y salud.
- Educación física y valores.
- Bases anatómicas, psicológicas y fisiológicas.
- Desarrollo psicomotor del ser humano.
- Práctica individual y colectiva del juego.
Estas son las materias que se imparten con mayor frecuencia, pero hay un amplio abanico. Lo importante es consultar el plan de estudios de cada universidad y cada título para conocer las posibilidades. La mención que estamos abordando se reconoce indistintamente en todo el territorio nacional, pero las asignaturas especializan hacia un ámbito u otro.
Una asignatura que también recibe el interés de los alumnos es la que proporciona enseñanzas musicales. En el siguiente artículo explicamos cómo ser profesor de música.
Formación pedagógica, un impulso esencial
La LOMLOE endureció los requisitos para acceder al magisterio y, por tanto, trabajar como profesor en centros públicos. Una de las condiciones que se refuerzan es la necesidad de demostrar habilidades pedagógicas mediante la formación. Lo más común es realizar un Máster en Formación del Profesorado, ya sea de Educación Primaria o de Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
Un profesor de educación física con carrera superada suele inscribirse en un máster con alguna especialidad relacionada. Incluso hay quienes optan por el Máster en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, disponible en ciertas universidades. Esto forma parte de la formación en educación, como la que conforma los programas de la Universidad VIU.
El posgrado debe ser, además, oficial para contar con el reconocimiento del Ministerio de Universidades. ¿Qué sucede con los títulos propios? El problema es que, en las oposiciones, no se consideran formación adicional, sino continuada. En consecuencia, tienen una validez similar a la de los cursos que otorgan créditos.
¿Es indispensable cursar un máster?
La actual ley educativa obliga a poseer un título de posgrado para acceder a las oposiciones de profesorado. Esta norma se cumple también para ser profesor de FP. Sin embargo, hay una excepción reconocida cuando se cumplan los siguientes requisitos:
- Haber trabajado como maestro durante dos cursos académicos antes del curso 2008-2009.
- Contar con un mínimo doce meses de trabajo como maestro (continuos o no) antes el curso 2008-2009.
- Haber finalizado los estudios en Magisterio, Psicopedagogía o Pedagogía antes de 2009.
- Poseer el Certificado de Actitud Pedagógica (CAP).
Respecto a esta última condición, es importante aclarar que este documento no se expide en la actualidad. Hay profesores que lo obtuvieron antes de la entrada en vigor del Plan Bolonia. Dada esta circunstancia, pueden acreditarlo con la misma validez que un posgrado en lo referido a las oposiciones.
Hay otra opción que está disponible para quienes no dispongan tampoco de un grado universitario. Es imprescindible demostrar doce meses de experiencia en el ámbito docente para poder examinarse en convocatorias públicas.
Habilidades necesarias para ser profesor de educación física
La Unesco es uno de los organismos internacionales que aprecian el valor añadido de esta asignatura. En su documento Educación física de calidad (EFC): guía para los responsables políticos (McLennan y Thompson, 2015), reconocen su potencial para la inclusión. En este sentido, alaban la posibilidad de crear un clima de entendimiento e igualdad en el aula.
Esta es una de las principales motivaciones para quienes se plantean cómo ser profesor de educación física. No obstante, es esencial demostrar también cierta preparación que vaya más allá del punto de vista técnico. Estamos hablando de actitudes y aptitudes que distinguen a los buenos docentes, sobre todo, en el ámbito deportivo:
- Mostrar entusiasmo por el ejercicio físico y la vida saludable.
- Ser una persona dinámica, enérgica y carismática.
- Disponer de habilidades comunicativas y cierta vocación pedagógica.
- Mantener disciplina y resaltar los valores de la formación que imparte.
- Estar en buena forma en el sentido físico y el psicológico.
Respecto a los conocimientos, hay ciertos contenidos que trascienden lo meramente deportivo. Por lo general, se reciben en la formación académica, pero el currículo docente no siempre posibilita su difusión a los alumnos. Un buen ejemplo es el sentido más teórico de la asignatura, al que no siempre se le da importancia:
- Las reglas sobre los deportes más practicados en el ámbito nacional e internacional.
- El funcionamiento de la justicia deportiva y el papel de los árbitros y jueces.
- La importancia de la actividad física en el mantenimiento de un estilo de vida saludable.
- La nutrición y régimen alimenticio, así como el funcionamiento del metabolismo.
- Los primeros auxilios, salud deportiva y prevención de riesgos en la práctica de ejercicio.
Oposiciones de educación física
Cada cierto tiempo, se convocan en las comunidades autónomas oposiciones de educación física. Pueden ser de dos tipos, al cuerpo de maestros y al de educación secundaria. Las características según cada uno de los casos son distintas. Esta es una oportunidad para acceder a un puesto de trabajo en un centro público.
En primer lugar, el temario ronda las 25 unidades (primaria) y las 65 unidades (secundaria). El número de temas que se evalúan en cada convocatoria depende de las bases que se especifiquen. Hay dos fases que se deben superar en cualquier caso:
- Primera fase: con una parte A en la que se pide la explicación de varios temas por escrito. La parte B, celebrada en la misma sesión de examen, implica resolver varios supuestos prácticos, también en papel
- Segunda fase: desarrollo de una programación didáctica de primaria o secundaria. Lo más habitual es que el tema se escoja mediante sorteo ante el tribunal frente al que tendrá lugar la defensa.
Después de la etapa de examen, comienza la de concurso. La calificación obtenida supone una contribución a la nota final, a la que se le suman los méritos. Se corresponden con estudios académicos realizados, conferencias a las que se ha asistido o publicaciones emitidas. Los cursos pueden puntuar siempre y cuando estén distinguidos oficialmente con créditos.
Cada comunidad autónoma y cada convocatoria tienen unas bases distintas. Por tanto, los méritos pueden otorgar distinta puntuación máxima. Lo mismo sucede con la fase de examen, que puede incluir una demostración de habilidades físicas. Lo más frecuente, de todos modos, es que se centre en los contenidos anteriores.
¿Por qué estudiar para ser profesor de educación física?
Después de ver qué estudiar para profesor de educación física, hay que plantearse por qué hacerlo. Como se puede ver, es una disciplina muy dinámica y adaptada a las necesidades de los estudiantes. Incluso es común que, por estos motivos, sea una de las más atractivas para el alumnado. Estas son las funciones más relevantes de esta figura:
- Enseñar contenidos de interés sobre técnicas deportivas, como en fútbol, baloncesto, voleibol o tenis.
- Contribuir a fomentar la práctica de ejercicio físico y la vida saludable entre los más jóvenes.
- Generar un entorno de colaboración, trabajo en equipo e inclusión.
- Fomentar valores como la superación, la resistencia, la cooperación o la dedicación.
- Impartir contenidos transversales relacionados con la motivación o la disciplina.
- Combinar actividades prácticas y teóricas, mientras se evalúa el aprendizaje y se desarrollan dinámicas.
- Mostrar activamente cómo se realizan deportes, disciplinas o juegos.
El profesor de esta asignatura es también el encargado de administrar el material disponible. Los productos y accesorios deportivos marcan la diferencia entre una materia preparada y una que no lo está. Hay centros que tienen amplias existencias, pero es importante saber aprovecharlas con imaginación y creatividad.
Otra de las claves de esta profesión es el trabajo directo con los estudiantes. El profesor no solo monitoriza su rendimiento, sino que les enseña a que ellos mismos lo hagan. Para ello, se imparte formación relacionada con las mediciones biométricas, el metabolismo o la consecución de objetivos físicos.
Hemos hecho referencia a la opción de hacer oposiciones para trabajar en centros públicos. No obstante, también es posible formar parte del equipo docente de colegios e institutos privados. Hay escuelas que incorporan el ejercicio físico desde el currículo escolar de los más pequeños. Para ello, el Grado en Educación Infantil es una base importante.
En definitiva, ser profesor de educación física es una salida profesional apasionante y llena de posibilidades. Lo importante es escoger una preparación a medida de lo que se requiere transmitir a los alumnos. En la Universidad VIU te invitamos a conocer nuestra formación en educación. ¡Descubre nuestros cursos!