Cómo superar el bloqueo emocional en la pareja
El bloqueo emocional se acaba convirtiendo en una barrera invisible que afecta profundamente a las relaciones de pareja. Comprender este fenómeno resulta imprescindible para superarlo y construir vínculos más saludables y satisfactorios.
Demasiadas personas, tras tener una ruptura de pareja traumática, acarrean dificultades para relacionarse con otras personas. Las causas de este bloqueo emocional parental son múltiples, pero las rupturas difíciles, las dinámicas familiares invasivas o estresantes y las experiencias conflictivas no resueltas son sus principales desencadenantes.
Desde luego, este bloqueo es muy diferente a lo que siente una persona tímida o con dificultades para relacionarse con otras personas. Quien padece un bloqueo emocional no puede expresar sus sentimientos, porque siente una barrera que le impide decir lo que piensa. A menudo, da lugar a dinámicas negativas en el trabajo, en la familia, en las amistades y, por descontado, en la pareja.
El peligro de este estado comienza cuando el bloqueo de una emoción se transforma en una creencia que impide salir de la zona de confort, ya sea por culpa o por sufrimiento. Esta realidad derivará en un problema a futuro que, si no se ataja, termina generando rupturas, desencuentros e incluso consecuencias irresolubles.
Cuando te decantas por el pasado y el dolor, en lugar de pensar que en el mañana habrá buenos momentos, los efectos resultantes suelen ser nocivos. Relacionarse con el prójimo para formar una pareja siempre conlleva un riesgo emocional que es preciso afrontar… y aprender al llevarlo a cabo. Es el mecanismo adecuado para salir de esa burbuja protectora que te limita.
¿Qué es el bloqueo emocional?
Comprender el bloqueo emocional suele resultar esencial para desbloquear las barreras invisibles que afectan a las relaciones de pareja. Se manifiesta, sobre todo, en una incapacidad personal para expresar y manejar adecuadamente las propias emociones en el contexto de una relación íntima. Es equiparable a construir un muro invisible que impide conectar afectivamente con el otro.
Puede estar provocado por diversas razones, como experiencias pasadas traumáticas, miedo al rechazo o incluso patrones aprendidos en la infancia. Comprender este obstáculo invisible es el punto de partida para abordarlo y esclarecer cómo superarlo.
Desde el reconocimiento inicial, se avanza hacia su remisión o minimización. En general, las personas afectadas tienden a evitar situaciones capaces de desencadenar emociones intensas o incómodas, lo que dificulta todavía más la comunicación y la intimidad en pareja.
Permanecer atentos a la aparición de los signos reveladores de esta situación es, por tanto, más que relevante.
Tipos de bloqueo emocional
Aunque cada individuo experimenta y manifiesta el bloqueo emocional de manera única, existen ciertos patrones comunes que no solo contribuyen a detectar este estado, sino también a establecer tipologías. Te las mostramos:
- Por trauma. Es fruto de experiencias impactantes y traumáticas que dejan sin procesar o sin asimilar las consecuencias afectivas de ciertas vivencias.
- Por represión. Implica suprimir —conscientemente o no— las emociones dolorosas o difíciles de gestionar.
- Por negación. Suele ser un mecanismo defensivo para neutralizar el dolor, consistente en negar o minimizar ciertas emociones.
- Por miedo. Incapacidad para manejar y expresar determinados impulsos emocionales por temor a enfrentarlos.
- Por sobrecarga emocional. Se da cuando, abrumada por la situación, la persona desconecta para protegerse.
- Por condicionamiento sociocultural. La influencia del entorno, de la familia y de lo aprendido reprime algunos afectos y emociones.
¿Cómo se comporta una persona con bloqueo emocional?
No es lo mismo: existen significativas diferencias entre el bloqueo emocional y el mental. Teniendo en cuenta que conviene proceder de forma distinta en uno y otro caso, es preciso estudiar cuáles son los signos reveladores de estas situaciones limitadoras.
El bloqueo emocional se aprecia, sobre todo, en estas manifestaciones:
- Dificultad para expresar correctamente sus sentimientos y emociones.
- Tendencia a esquivar conversaciones o situaciones que exigen compartir emociones profundas.
- Superficialidad. Se evitan las conversaciones profundas y personales, optando por temas superficiales o que no impliquen mostrarse al hablar.
- Rechazo al contacto físico y a las muestras de afecto. Esto es, resistencia a la intimidad emocional, lo cual reduce la frecuencia y calidad de las muestras de afecto físico.
- Falta de empatía hacia el otro, escasa receptividad y mínima atención a las necesidades emocionales de su pareja.
- Incapacidad para conectarse emocionalmente, lo cual se traduce en problemas para establecer y mantener relaciones íntimas y duraderas.
El bloqueo mental se manifiesta como un vacío en el pensamiento o la memoria. Al sufrirlo, experimentamos dificultades para meditar: el intelecto funciona con más lentitud y menos coordinación de lo habitual. Perdemos la claridad y nos quedamos en blanco, incluso sobre contenidos y datos que dominamos.
Síntomas
Las conductas y tendencias de comportamiento que acabamos de mencionar son, asimismo, los principales indicios de este padecimiento mental. Lo prioritario es tener en cuenta que estos signos no son definitivos y que suelen variar en cada individuo.
Con todo, si aprecias de manera continuada varios de ellos en una relación de pareja, podría alertarte de este bloqueo. La detección es determinante para abordar el problema y buscar soluciones efectivas; cuanto antes suceda, mejor. Y si tratas de salvar tu relación de pareja, es aún más importante si cabe.
¿Cómo afecta el bloqueo emocional a las relaciones de pareja?
De igual modo que existen distintos tipos de inteligencia emocional, se sabe que el impacto del bloqueo emocional en las relaciones de pareja es profundo y letal para la conexión y el bienestar de sus integrantes.
Cuando uno o ambos miembros experimentan un bloqueo emocional, se crea una barrera invisible que dificulta la comunicación y la intimidad. Entre las consecuencias prácticas habituales, anota las siguientes:
- Tensiones, resentimientos y conflictos constantes en la relación producidos por la falta de expresión y comprensión emocional.
- Daños —quizás irreversibles— en la confianza mutua, porque los sentimientos no se comparten abiertamente ni se validan.
- Distanciamiento gradual. Se pierde la conexión emocional y la sensación de apoyo mutuo.
- Disminución de la satisfacción general de la relación, con el consiguiente aumento de la probabilidad de infelicidad y desgaste.
- Menoscabo de la capacidad para solventar problemas y tomar decisiones conjuntas, lo cual desencadena el estancamiento del crecimiento y del desarrollo de la relación.
Siempre, en todo caso, hay que partir de la identificación del problema para pasar a la acción. Para ello, procede trabajar en varias dimensiones:
- En primer lugar, y por supuesto, en el plano individual de quien está sufriendo el bloqueo emocional.
- Bilateralmente, junto a la pareja que se está viendo involucrada. Consiste en compartir, explicar y fomentar el apoyo mutuo necesario.
- Con el apoyo de un especialista cualificado, imparcial y ajeno a la dinámica, capaz de guiar en la dirección correcta. En VIU disponemos de varios másteres y grados que capacitan y mantienen actualizados a estos profesionales.
Claves para superar un bloqueo emocional en pareja
Con el fin de revertir este impacto negativo, es indispensable trabajar en conjunto a fin de desbloquear las emociones, especialmente fomentando una comunicación abierta, empática y respetuosa. Recurrir a ayuda profesional también suele resultar beneficioso para aprender estrategias efectivas con las que superar ese bloqueo emocional y fortalecer la conexión entre ambos miembros de la pareja.
Ten muy presente que la intervención de un terapeuta suele ser vital para identificar las causas del bloqueo emocional y terminar superándolo. Algunos de los mejores expertos en este campo han cursado nuestro Máster en Psicología General Sanitaria.
Con independencia de las circunstancias y factores individuales, existen patrones generales que es conveniente aplicar:
- No reprimas lo que sientes. Callarte y silenciar cuanto sientes te hace guardar en tu interior sentimientos como la rabia, el rencor o la tristeza. Todos ellos van haciendo mella y te encierran cada vez más en ti mismo. Habla, deja que fluya cuanto desees decir, practica la comunicación asertiva y lograrás sentirte mejor.
- Escucha lo que te dices y cámbialo. Si escuchas atentamente tu diálogo interior, constatarás que hay muchas cosas mejorables. Arrincona las frases del tipo: «No soy suficiente» o «No le voy a gustar a nadie», ha llegado el momento de valorarte. Al contrario, piensa en positivo y dedícate mensajes como: «Soy único», «Tengo muchas buenas cualidades» y «Soy valiente por decir lo que siento y lo que pienso».
- Perdona y sigue adelante. Si ha ocurrido algo en tu pasado que sigue afectando a tu presente es hora de perdonar, dejar de pensar en ello y vivir el presente. Al perdonar, empiezas a sentir el olor y el sabor del ahora.
- Tu seguridad en que algo suceda, hace que suceda. La autoconfianza es más que poderosa: si crees firmemente que vas a lograr algo, lo harás.
- No dejes de aprender. Cada éxito y cada fracaso en tu vida sentimental es una lección que, bien interiorizada, te ayuda a crecer como persona. Por ello, haz del aprendizaje vital una constante y un compañero de viaje permanente. Averigua y aprovecha cuál es la lección que te regala cada situación.
La conclusión es clara: el bloqueo emocional es un problema cierto, en auge y con secuelas problemáticas si no se afronta. En positivo, considera que detectarlo y ponerse en acción es el punto de partida para superarlo. Con el apoyo de terapeutas, determinación y una mayor predisposición a la apertura, la autovaloración y el aprendizaje continuo, es posible dejarlo atrás.
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