Estudiar gestión financiera
Por muchos beneficios que obtenga una empresa, no llegará demasiado lejos si no hace un buen uso de los mismos, y es por ello que en los últimos años las corporaciones han empezado a incorporar a su plantilla a especialistas que en su momento optaron por estudiar gestión financiera.
Porque se trata de verdaderos expertos que saben cómo utilizar los recursos de la empresa para sacarles el máximo partido posible.
La importancia de la gestión financiera
Toda empresa tiene como objetivo aumentar sus beneficios, y para poder lograrlo tiene que ser capaz de optimizar los recursos de los que ya dispone. Es precisamente la gestión financiera la que se encarga de dicha optimización.
Una buena gestión financiera consigue controlar y optimizar todos los procesos empresariales que están relacionados con las finanzas, ayudando en la toma de decisiones estratégicas en el resto de áreas del negocio.
Gracias a la labor de los especialistas en finanzas, los directivos pueden hacerse una idea realista de cuál es la situación actual de la empresa y, en base a ella, adoptar medidas con respecto a los activos, la financiación y la política de dividendos.
El objetivo de todo el proceso de gestión de las finanzas de la empresa es que esta sea más eficiente y eficaz a la hora de lograr sus metas en materia de rentabilidad. Asignando los recursos económicos justo allí donde hacen más falta y donde más partido se les puede llegar a sacar.
Una cuestión compleja
El papel de los expertos en finanzas ha ganado peso dentro de las organizaciones en los últimos años. Buena prueba de ello es que ha crecido el número de CFO (directores financieros) que con el tiempo acaban desempeñando el puesto de CEO en la empresa.
Quienes trabajan en finanzas en la actualidad, no solo tienen que hacer frente a los retos tradicionales de la gestión económica. Hoy por hoy, estos profesionales también deben estar al día en cuestiones técnicas relacionadas directamente con su actividad, como el análisis de datos y el uso de herramientas de última generación que les ayuden a monitorizar y entender mejor los datos financieros.
Además, desde el departamento de finanzas siempre debe prestarse una especial atención al entorno, para llevar a cabo cambios de forma rápida y eficiente si fuera necesario. Las empresas necesitan flexibilidad, y esa capacidad de adaptación casi inmediata al cambio nace, con frecuencia, en el departamento financiero.
En definitiva, estamos ante una labor muy compleja que requiere de una formación especializada. De ahí que las empresas prefieran integrar en sus departamentos financieros a profesionales que han decidido estudiar gestión financiera.
¿Qué aprenden quienes optan por estudiar gestión financiera?
La tarea de gestión se divide en varias etapas que deben llegar a dominar quienes se especializan en esta materia:
- Definición de las necesidades. Implica determinar qué recursos necesita la empresa y cuál es el presupuesto para ellos.
- Modos de financiación. Toda organización puede elegir entre financiarse con fondos propios o ajenos, o una combinación de ambos. La opción más idónea no es siempre la misma, así que el experto en finanzas debe ayudar a los directivos a tomar esta decisión.
- Métodos de financiamiento. Si se opta por la financiación externa, hay que tener en cuenta que existen una amplia variedad de fórmulas para obtener capital: emisión de acciones o participaciones, créditos… Todo endeudamiento implica el pago de unos intereses por lo que, de nuevo, el consejo del experto es clave para que la empresa tome la mejor decisión.
- Administración de recursos. La gestión financiera tiene como uno de sus puntos de partida la necesidad de hacer una buena gestión de los recursos disponibles, de forma que sea posible invertir y, a la vez, cumplir con las obligaciones pendientes.
- Evaluación de proyectos. Otra de las labores esenciales del especialista en finanzas es evaluar los proyectos de inversión que quiere llevar a cabo la empresa para determinar si son económicamente viables.
Finanzas sostenibles
El entorno en el que se encuentran ahora mismo las empresas, no tiene nada que ver con el de hace un par de décadas. Aunque el objetivo de todos los que operan en el mercado es ganar dinero, ahora se busca primar la ética, y uno de esos factores éticos es la sostenibilidad.
Las organizaciones ya no quieren o pueden invertir su dinero de cualquier forma, porque saben que están siendo vigiladas de cerca por los consumidores. Ahora lo que se estila es una inversión sostenible. Una estrategia financiera que tenga en cuenta factores sociales y ambientales. Por ejemplo, invirtiendo parte de los beneficios empresariales en empresas de capital de riesgo social, que se encargan de aportar soluciones a problemas sociales.
La transformación digital de las finanzas
Otro aspecto que no pueden pasan por alto quienes han elegido estudiar gestión financiera es la aplicación de las nuevas tecnologías a su área de actividad.
Los especialistas del departamento de finanzas deben estar al tanto de las herramientas más avanzadas para el análisis de la información de la empresa, ya que les van a ahorrar mucho tiempo de trabajo y les permitirán ser mucho más eficientes.
En este tipo de formación tampoco se puede obviar las nuevas tendencias en inversión y financiación, como las Fintech.
Los estudios de gestión financiera de calidad no pueden pasar por alto ninguna de las cuestiones que hemos visto. Solo así los futuros profesionales estarán realmente capacitados para hacer frente a los retos que tienen las empresas en el entorno actual, y que tendrán en el futuro.
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